En Bolivia, la atención integral a víctimas de violencia sexual toma un papel central con la implementación del "Modelo de Atención Integral a Víctimas de Violencia Sexual". Este modelo, desarrollado en 2015, busca fortalecer el trabajo de los equipos de salud al proporcionar herramientas técnicas, conceptuales y prácticas para abordar esta crítica problemática de manera efectiva y compasiva.
La violencia sexual, un acto atroz que deja secuelas profundas en las víctimas, no solo a nivel físico sino también emocional y social, se define como cualquier acción que busca forzar a una persona a realizar actos sexuales sin su consentimiento. En muchos casos, esto se lleva a cabo valiéndose de una posición jerárquica, subordinando a la víctima por fuerza física o moral. Las consecuencias son trascendentales, y es esencial abordarlas como una emergencia médica.
Uno de los aspectos cruciales de este modelo es la necesidad de que todo el personal de salud en Bolivia esté debidamente capacitado y actualizado en la atención a víctimas de violencia sexual. Los profesionales de la salud juegan un papel fundamental en la identificación temprana de signos y síntomas, en la prestación de atención médica de emergencia, la recolección de evidencia forense y el apoyo emocional y psicológico. Esta no solo atención es un deber moral, sino también legal, y está garantizada por la Ley N° 348, que busca asegurar una vida libre de violencia para las mujeres en Bolivia.
Sin embargo, a pesar de la existencia de este modelo y la legislación en vigor, existe una preocupante falta de cumplimiento en muchos casos, lo que resulta en una revictimización de las personas afectada, según informó la doctora Susana Asport Terán, coordinadora del área de Salud de Ipas. La revictimización ocurre cuando las víctimas, ya traumatizadas, enfrentan un nuevo sufrimiento debido a la falta de conocimiento y aplicación de los protocolos y políticas de salud.
Asport explicó que la revictimización se manifiesta en la forma en que se cuestiona a la víctima y en la falta de enfoque en su recuperación a través de la terapia, lo que lleva a un mayor desgaste y desamparo. Este proceso de revictimización va en contra de los principios fundamentales de atención y protección de las víctimas.
El desafío radica en garantizar que todo el personal de salud e instituciones que trabajan en Bolivia con víctimas de violencia sexual deben estar capacitados, actualizados y sensibilizados en la aplicación del Modelo de Atención Integral a Víctimas de Violencia Sexual. Esto no solo requiere la capacitación inicial, sino también la actualización continua de los conocimientos y la sensibilización en la atención integral.
La Coordinadora del Ipas destacó que los profesionales de la salud pueden ser los primeros en tener contacto con una víctima de violencia sexual y, por lo tanto, deben estar preparados para brindar una atención compasiva y efectiva. Esto incluye la identificación de signos y síntomas de lesiones físicas y proporcionar atención médica de emergencia si es necesario, la recolección de evidencia forense sin requerimiento judicial, la evaluación y el tratamiento de lesiones sexuales, la prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS) y la posibilidad de embarazo, entre otros aspectos y la notificación a las autoridades como la FELCV y al SLIM o DNA para la provisión de apoyo emocional y psicológico.